¿Obsesionado por tener el control?
Cuando nos preocupamos demasiado por las cosas que suceden a nuestro alrededor, tomamos el control para asegurarnos de que todo saldrá bien, y esta acción de tipo maniático se convierte en obsesión, y las obsesiones impiden disfrutar de ciertos aspectos de nuestra vida.
Los controladores que se pasean por el perfeccionismo, como excusa para justificar su obsesión, terminan sufriendo mucho; en su insensatez no se dan cuenta, que no pueden controlarlo todo, y que a mayor necesidad de control, menos colaboración recibe de los otros, lo cual los va dejando solos.
La persona controladora tiene tres características muy visibles: comportamiento ansioso, fluidez para la crítica y, una sensación de frustración constante como la queja. ¿Has sentido estas emociones en tu vida diaria?¿Cómo podemos evitarlo?
Perder el miedo al fracaso
Anuncio
El éxito es lograr algo que nos proponemos alcanzar, llevar a cabo una acción, tomar las medidas necesarias para llegar a un resultado. Si vas a empezar algo y por alguna razón fracasas, ¡No te preocupes! Es un aprendizaje y tómalo como lección aprendida.
Aceptar lo que está fuera de nuestro control y centrarnos en lo que sí podemos
Todos tenemos una serie de preocupaciones que rondan por nuestra mente, pero no podemos controlar todas. Una buena práctica sería aceptar lo que está fuera de nuestro control y poner nuestra mirada y esfuerzo en aquello que sí podemos influir y cambiar.
Analizar en qué momento aparece el miedo o ansiedad
Analiza en qué momento aparece el sentimiento de ansiedad, estrés o miedo y pregúntate por qué apareció y qué hubieras hecho si no hubiera aparecido.
Aprender a gestionar los pensamientos negativos
Anuncio
Intenta aprender de los errores intentar y sacar de lo malo alguna oportunidad y nuevas alternativas.
Delegar
Aprende a delegar tareas en otras personas. No te conviertes en el mandón que a nadie le gusta. Confía y deja que todo fluya.
Sér más flexible
Si quieres dejar de ser controlador, olvídate de planear tu día desde que te levantas hasta que te acuestas. Sé flexible en tu horario, a veces surgen imprevistos personales. Suele pasar que los cambios de última hora nos hacen sentir mejor.
Recuerda que no tenemos el poder de controlarlo todo. El todo siempre es demasiado para un solo ser, y cuando esto es comprendido de forma consciente, la vida se vuelve más liviana.
Sólo tras haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior
Anuncio
Epicteto, filósofo Griego