Pasar horas navegando en redes sociales no debe considerarse un acto 100% banal y más si las cuentas seguidas despiertan y alimentan nuestra creatividad.
Comienzas tu jornada laboral o estudiantil, va corriendo la mañana, se te hace mediodía y ¡zas! Te das cuenta que no has podido hacer nada porque no has logrado concentrarte