Yon Goicoechea: un español secuestrado en Venezuela
Con una sonrisa tan grande como él, se despidió de nosotros tras una conversación corta en la que también participó el ahora vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara. Nos dijo que con el triunfo de la oposición en el parlamento era momento de volver a su país. Estábamos participando en un día histórico, cuando se reunieron líderes políticos españoles, expresidentes y hasta un premio Nóbel de literatura, para lanzar el libro que Leopoldo López escribió desde la cárcel, sin sospechar que quien compartía un minuto con nosotros cumpliría el mismo destino del líder de la oposición venezolana.
Yon Goicoechea cumple ya un año tras las rejas. A pesar de tener boleta de excarcelación desde hace ocho meses, los celadores del Servicio Bolivariano de Inteligencia han pasado por alto la orden.
Desde la Organización de Naciones Unidas hasta el mismo Defensor del Pueblo del régimen venezolano han exigido la liberación del joven de 32 años. Lejos de hacerlo, los que lo tienen en cautiverio le han torturado y aplicado tratos crueles, como privarlo de recibir luz solar.
En una carta manuscrita al líder del Partido Popular Pablo Casado, Goicoechea denunció que pasó 10 días "enterrado vivo" en una celda de castigo en la que había "comida con gusanos y ropa con excrementos" de presos anteriores. También manifestó ser testigo de "torturas con electricidad y otros mecanismos dos o tres veces por semana".
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Los abusos y las irregularidades comenzaron desde el mismo momento en el que Yon fue detenido. Más que un operativo policial convencional, la operación fue más semejante a un secuestro.
En la citada carta, el abogado narró que el vehículo en el que se transportaba fue interceptado por 14 coches, de los que se bajaron de 25 a 30 policías encubiertos esgrimiendo armas largas, que actuaron violentamente para inmovilizarlo con cinta plástica y una chaqueta, que pusieron sobre su cabeza.
Su familia no supo nada de él durante 56 horas, hasta que les indicaron que estaba en un centro comercial a medio construir de los años 50, que terminó siendo la sede de la policía política.
"El caso de mi esposo se encuentra en este momento con un sobreseimiento. La Fiscalía ha cerrado el caso, no hay más investigación al no encontrarse ninguna evidencia, ningún delito en su contra. Mi esposo debe tener libertad plena", declaró Rosaura Valentini a un reportero de El Mundo, en una reciente visita a Madrid.
Goicoechea recibió acusaciones de posesión de material explosivo destinado a ser utilizado en un supuesto plan de desestabilización, lo cual no fue demostrado.
¿Qué ha hecho España por uno de sus ciudadanos privado de su libertad por un cuerpo represivo, aún teniendo boleta de excarcelación?
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De momento, el embajador de España en Caracas visitó a Goicoechea en El Helicoide, pero no pudo evidenciar sus condiciones de reclusión.
Como Yon, hay tres españoles más tras las rejas por razones políticas en Venezuela, Andrea González, Canaria de 31 años, acusada por un chavista de trazar un plan para asesinar a Daniela Cabello, hija del todopoderoso diputado y militar Diosdado Cabello; Dany Abreu, tinerfeño de 33 años, detenido por el mismo caso de Andrea; e Ignacio Porras, catalán cuyo delito fue debatir con algunos vecinos sobre comunismo, marxismo y socialismo dentro de su hogar. La conversación fue grabada por unos policías, quienes allanaron la vivienda y lo encarcelaron. Hoy cumple casa por cárcel, por razones de salud.
Cuatro de más de 600 personas que están presas en Venezuela por pensar diferente.