Roxana Abrill, la dueña del Machu Picchu
Roxana Abrill se considera la dueña del Machu Picchu debido a que los terrenos donde se ubica fueron adquiridos por su bisabuelo Mariano Ferro antes de que se diera a conocer el monumento arqueológico.
Descubrimiento del Machu Picchu
Relata el libro “El último secreto de Machu Picchu”, que fue el mismo Ferro, para ese entonces dueño de las tierras, quien le recomendó en Hiram Bingham las personas que lo podrían guiar en su búsqueda del lugar.
Bingham, profesor de historia de la Universidad de Yale, fue el responsable de hacer pública la existencia de la antigua ciudad inca en 1911.
Machu Picchu es considerada una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería, sus características lo han convertido en uno de los destinos turísticos más populares del mundo.
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En 1981 fue declarado Santuario Histórico Peruano y la Unesco lo reconoció como Patrimonio de la Humanidad.
El Machu Picchu fue heredado
Cuando Mariano Ferro muere, a su hija Tomasa le tocaron las 22.000 hectáreas donde se encontraba el monumento arqueológico. Esta a su vez se casa con el abogado José Emilio Abrill.
En 1940, la familia Zavaleta le compra a los Abrill el 80% de los terrenos, aunque estos no incluían aquellos donde reposaba el propio Machu Picchu. Tomasa tenía la intención de llegar a un acuerdo con el Estado para la venta.
En 1929 se dictó una ley donde “todos los monumentos prehispánicos existentes en el territorio nacional pasan a ser de propiedad del Estado peruano".
La familia alega que dicha ley no aplica en su caso porque los títulos de propiedad datan de entre 1904 y 1910.
Además, el autor de “El último secreto de Machu Picchu”, José Carlos de la Puente agrega que el Estado había trazado normas para proceder en la adquisición de estos monumentos que estaban en propiedad privada.
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Sin embargo, el acuerdo nunca ocurrió entre estas partes. El Estado consideran que la familia no tiene derecho de reivindicación del predio y que este es el legítimo poseedor y propietario.
Demanda por la propiedad del Machu Picchu
La familia Zavaleta demandó al Estado por los terrenos que rodean al monumento, y ya he perdido en primera instancia y en una apelación. Pero la familia elevó el caso a la Corte Suprema esperando un fallo favorable.
En el caso de los Abrill, un juzgado de Cusco todavía debe dictar sentencia en primera instancia sobre la propiedad, la mujer dice que para el Estado “defender el patrimonio es no pagar”.
Por su parte, la señora Roxana Abrill considera que “si uno quiere defender el patrimonio, primero debe legalizar los títulos”.
A esto, el procurador del Ministerio de Cultura, Henmer Alva, respondió con que la expropiación se llevó a cabo “conforme a la ley”. En la actualidad, los peruanos sienten al Machu Picchu como un símbolo que enaltece a su cultura.