Hagamos del apamate el símbolo que merece
El apamate, Tabebuia rosea, es uno de los árboles de mayor belleza entre los nativos de la faja intertropical del continente americano, con un tronco recto aunque algo corto, que con sus ramificaciones puede llevar a la planta hasta alturas de 30 metros y alcanzar un diámetros de un metro. En primavera, cuando llega el momento de florecer se desnuda totalmente del follaje y toda su copa se cubre de flores, con corolas blancas, rosadas o tonos de morado.
Su distribución geográfica natural comienza en México, toda Centro América y los países tropicales de Sur América como Venezuela, Colombia, regiones costeras de Ecuador. Además se encuentra en algunas islas caribeñas y en España es cultivado en las Islas Canarias y en algunos sitios del litoral de la península. El apamate es el árbol nacional de la República de El Salvador.
Este árbol puede crecer bien desde el nivel del mar hasta unos 1.600 msnm, se adapta a una gran variedad de suelos y las temperaturas óptimas oscilan entre 22°C y 28°C con lluvias anuales de 1.200-1.500 mm. Las semillas son aladas y por tanto fácilmente dispersadas por el viento, pudiendo alcanzar distancias considerables desde el árbol original.
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Es un árbol versátil ya que su madera, aunque es de baja densidad, 0,5 a 0,6 gramos por centímetro cúbico, es muy fácil de trabajar y ampliamente utilizada para fabricar muebles finos, gabinetes, ebanistería en general, artesanías, pisos, cajas y embalajes, decoración de interiores. Además es una planta ornamental muy utilizada en avenidas, plazas y parques donde adornan con su porte y con la belleza de sus abundantes flores que cubren toda la copa de los árboles, iluminando los espacios con sus colores blancos, rosado y lila, y formando una alfombra de color contrastante, cuando al caer cubren todo el terreno en el área de influencia de su dosel. Su frondoso crecimiento es también responsable de ofrecer una fresca y permanente sombra, a lo largo de todo el año, para el disfrute por las personas de esos espacios de solaz que puede haber tanto en el campo como en las ciudades.
El apamate es el árbol equivalente a los cerezos de las zonas templadas, especialmente a los cerezos japoneses (Prunus serrulata), la diferencia es que a los apamates todavía le falta el amor de los ciudadanos.
