Selfies pueden ayudar en el diagnóstico de enfermedades congénitas
Aunque para algunos sean un ejercicio para alimentar el ego propio, la ciencia se ha valido de la revolución de las selfies para innovar con una tecnología que podría resolver acertijos alrededor de la enfermedad genética conocida como Síndrome de DiGeorge o de elección 22q11.2, tan difícil de diagnosticar por especialistas.
La afectación genética se produce por la alteración del cromosoma 22 y de no reconocerse a tiempo puede ocasionar deficiencias inmunológicas, cardiovasculares y psiquiátricas. Sin embargo, para esta nueva tecnología importa poco lo interno; son las alteraciones externas las que jugarán un papel trascendental en el reconocimiento facial del paciente.
Al tratarse de una alteración genética, con orígenes en las primeras semanas de gestación, la persona al nacer también traerá malformaciones en su rostro que, algunas veces, pasan desapercibidas debido al mestizaje o unión de razas. Esos chistes de "tienes la cara exótica" o "ella tiene un rostro diferente" podrían ser más que un rasgo extra de belleza.
Las selfies y el software de reconocimiento
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Los especialistas del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NCHGR) se encuentran desarrollando un software médico que se apoya en un total de 156 fotografías (selfies) de posibles pacientes regados por el mundo. Del análisis de cada rostro, los científicos esperan construir un algoritmo que revele manifestaciones externas (e invisibles) relacionadas con el síndrome genético.
La población se conforma por selfies de personas caucásicas (de piel blanca), africanas, asiáticas y latinas y para el reconocimiento los médicos confesaron utilizar una técnica similar a la empleada por la red social Facebook.
Aunque suene extraño, puede que llegue el día en que para tu próxima cita médica no te exijan los clásicos exámenes de laboratorio, sino tu selfie más bonita.
