Once retos adicionales que enfrentamos durante la adultez media
¿Alguna vez has asumido que te duele la espalda más seguido porque estás “más viejo”, o que te cansas con más facilidad por la misma razón?
Es lógico pensar en el efecto desgastador de los años. Es un hecho, por ejemplo, que el estómago deja de producir la cantidad óptima de ácido clorhídrico para digerir los alimentos con facilidad, luego de 40 años seguidos de funcionamiento. Esto ocasiona acidez, pesadez y hasta hinchazón abdominal. Esto puede aliviarse fácilmente tomando una cucharadita de vinagre de manzana disuelto en medio vaso de agua al terminar de comer.
Así como nuestra digestión se afecta con los años, también comienzan a notarse deficiencias de minerales que no consumimos en cantidades suficientes, como el magnesio. Se ha determinado que el magnesio es clave para la salud de los huesos y las articulaciones. También nos ayuda a sentirnos más energéticos y puede hasta aliviar nuestras migrañas.
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Además de los retos fisiológicos, las personas en la adultez media enfrentamos otros retos que no tienen una solución tan sencilla, pero que podemos aceptar una vez que nos damos cuenta de que nos afectan.
Aquí dejo algunas razones por las que tal vez no te sientes en la cima del mundo, a pesar de haber alcanzado el éxito personal y profesional a los 45 años más o menos.
- Has trabajado para mantenerte por más de 25 años, tienes derecho a estar cansado.
- Tienes compañeros de trabajo que podrían ser tus hijos, eso puede intimidarte en cuanto al conocimiento y uso de las últimas innovaciones en tu ramo.
- Creciste y fuiste alimentado en una época de alimentos refinados y experimentación con la modificación genética de organismos que permitió el abuso de pesticidas para aumentar ganancias.
- Las toxinas ambientales se han ido acumulando en tu cuerpo, a pesar del trabajo incansable de tu hígado para desintegrarlas.
- Eres blanco para vendedores de productos de belleza, de salud, motivadores, marcas en la industria de la moda. Para venderte productos costosos te crean la necesidad de consumirlos. Pareciera que sin ellos, vales menos.
- Ya superaste las experiencias básicas de la lista obligatoria para sentir que has vivido. Ahora quedan las extremas y más peligrosas o extremadamente costosas. ¿Sucumbirás a la tentación?
- Convives con adolescentes o pre-pubertos que cuestionan todo lo que haces y te descalifican tácita o explícitamente.
- Tu pareja está pasando por su propia crisis de la segunda edad y actúa de manera egoísta, llegando a ser hasta cruel.
- Comienzas a darte cuenta de que te quedan pocos años en los que estarás en buena forma para disfrutar de ciertas actividades.
- Tal vez has enterrado a tus padres recientemente o enfrentas sus achaques en la ancianidad.
- Pensabas que ibas a disfrutar el placer de la libertad cuando tus hijos dejaran el nido, pero sientes un vacío interior. Te preguntas cómo es que esos chiquillos para quienes lo eras TODO hasta hace poco, ahora no necesitan ni de tu presencia.
¿Has identificado algún reto del que no te habías dado cuenta?
A veces basta con saber que no estamos solos con nuestros sentires para levantarnos el ánimo y seguir adelante con más optimismo.
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Recuerda que la gratitud y la felicidad van de la mano y que no debes dejar que tu mente divague.