Trabajar desde casa
Cada vez con más frecuencia trabajas desde casa. Al principio puedes verlo como una enorme ventaja porque no necesitas trasladarte hasta la oficina y eso, de por sí, ya es una ganancia. Sin embargo, el espacio reducido que habías destinado para laborar crece y crece con papeles y carpetas, y cuando volteas de un lado a otro no tienes con quién hablar ni con quien comentar tus avances.
No es una decisión fácil asumir que el trabajo, de ahora en adelante, lo harás desde casa. Hay ventajas y desventajas que debes evaluar antes de tomar una decisión definitiva.
Entre las ventajas está que cuentas con flexibilidad horaria lo que significa libertad de controlar el horario laboral y el horario de ocio y recreación.
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No tienes a tus jefes cerca. Aunque cuentes con un buen clima organizacional y tengas relaciones cordiales con tus supervisores inmediatos, tenerlos en la oficina contigua siempre será una tentación para que te exijan las entregas y nuevos compromisos laborales.
Desde tu casa puedes establecer rutinas físicas y nutricionales con mayores probabilidades de cumplirlas. Como ya no será necesario disponer de hora y media del traslado, ese tiempo lo puedes aprovechar para hacer ejercicios y cocinar platos saludables.
Se supone que, si te organizas bien, tendrás más tiempo para compartir con tu familia y estar presente, por ejemplo, para acompañarlos en las tareas escolares.
Sin embargo, no todo es color de rosa. También hay desventajas en una decisión que puede resultar crucial.
- Si eres una persona muy sociable, el trabajo desde la casa puede resultar muy solitario, por la falta de interacción. Te hará falta la conversación mañanera con el café y las opiniones que a veces hacen falta después de terminar un informe.
- Si no eres riguroso y disciplinado te puedes distraer en conversaciones cotidianas con las personas con las que vives. Si están tus hijos seguramente querrán que juegues con ellos y permanecer a tu lado.
- Dificultad para establecer límites entre el trabajo y la casa cuando ambos están físicamente en el mismo lugar.
Lo importante es que una vez que identifiques los puntos positivos y negativos de trabajar desde casa hagas un balance y logres compatibilizar todos esos factores.
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- Establece un tiempo correspondiente a la familia y otro para los clientes/jefe. Es importante dejar claro a los clientes/jefes que únicamente podrán ser atendidos en los horarios acordados. Igualmente se debe establecer un día para los trámites personales.
- Evita el excesivo uso de las redes sociales y los correos electrónicos, ya que pueden causar distracción y quitar más tiempo del necesario. Por esa razón, conviene determinar horas para revisarlos y participar.
- Permítete descansos cortos. Camina un rato, cocina algo... ayudarán a que tu mente descanse y consigas avanzar en lo ya pautado.
- Habilita una habitación o un espacio privado que sea aceptado por la familia como "la oficina", con su línea telefónica independiente. Busca en casa un espacio único para este nuevo uso. Debe tener ventana que permita la entrada de luz natural y ventilación. Como mínimo se recomiendan 6 metros de espacio libre para trabajar. Es importante que los familiares respeten ese lugar que se ha seleccionado como área de trabajo y que los materiales destinados a su uso permanezcan allí.
- Procura que ese espacio que destinaste a la oficina sea, en la medida de lo posible, silencioso. No olvides que atenderás llamadas de trabajo y que no es recomendable que se filtren los ladridos del perro, las cornetas de los carros u otros ruidos de ambiente.
- Evita el desorden porque aunque no lo creas distrae. Utiliza un pequeño archivador para documentos puntuales, guárdalos en una memoria externa o súbalos a la nube.
- Selecciona muebles ergonométricos e instala una buena iluminación Una buena silla para el ordenador, evitará contracturas musculares. Es necesario tener siempre una iluminación adecuada que no genere agotamiento visual.
- No descuides la apariencia personal cuando trabajes desde casa. Levántate en la mañana, toma una ducha y luego vístete como si fueras a la oficina. Nunca te sientes a la computadora en pijamas, eso hará que la jornada se desarrolle con una actitud pasiva; además la costumbre va generando una imagen desaliñada.
- Para aprovechar mejor el tiempo es esencial que los días se planifiquen de acuerdo a las tareas que se tengan que realizar. Establecer metas mensuales y semanales es de gran ayuda, además, puedes probar varios métodos de organización con agendas y calendarios para ver con cuál te va mejor, de manera tal que al levantarte cada día tengas claro qué es lo que vas a hacer y te sientas motivado por cumplirlo.
En la organización está la clave, de lo contrario, si dejas acumular el trabajo puede que te pierdas salidas y otras oportunidades para salirte de la rutina, ya que tendrás que quedarte haciendo el trabajo que dejaste para última hora.
Recuerda que existe una gran diferencia entre estar ocupado y ser productivo.