Residuos de uvas en cosméticos y alimentos
Existe un inmenso consumo de vinos en el mundo, lo que quiere decir que se utilizan muchas uvas, pero no todas las partes de este fruto terminan en la botella, ya que semillas, tallos y pieles, que representan la cuarta parte de las uvas, terminan en la basura. Sin embargo, estos restos de los frutos de uva pueden tener utilidad.
Los desechos de uva en la industria de vinos se conocen en conjunto como orujo y se convierten en contaminantes del ambiente, de aguas superficiales y subterráneas, los suelos se pueden acidificar, la basura que queda en los vertederos es un criadero de moscas y otros insectos contribuyendo a la propagación de enfermedades. Se estima que se producen 14 millones de toneladas de orujo por año, que los investigadores están tratando de convertir en un recurso renovable en la producción de antioxidantes, aceites de uva y fibras dietéticas para productos de salud. Esto aumenta el valor de la industria de la uva y minimiza la contaminación ambiental.
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El orujo se puede utilizar como compost o fertilizante, es fuente de antioxidantes que se unen a los radicales libres producidos en el metabolismo y que pueden dañar las células del cuerpo. Estos ingredientes del orujo y el aceite de semillas de uva se han utilizado como suplementos dietéticos, productos farmacéuticos y cosméticos. Algunos compuestos fenólicos aislados del orujo de uvas, se agregan a alimentos con alto contenido de grasas como la mayonesa, disminuyendo su tasa de oxidación y extendiendo la vida útil de esos alimentos.
Cada día más personas buscan en las etiquetas de los alimentos que contengan ingredientes naturales, y el orujo de uvas puede satisfacer esa necesidad.