No más bolsas plásticas: opciones ecológicas
Con la actual preocupación mundial en relación a la contaminación ambiental, se han atacado muchas actividades realizadas por el hombre como la agricultura, las industrias químicas, los efluentes domésticos, los combustibles fósiles, las talas y quemas de enormes superficies boscosas del planeta y la producción de basura, que incluye las bolsas plásticas.
Algunas de esas amenazas promueven directamente el cambio climático, modificándose las temperaturas del globo terrestre, los ciclos de lluvia resultantes en desastres por inundaciones o por severas sequías, y en general, todo tipo de desastres naturales. Otras de esas amenazas afectan el comportamiento de la flora y de la fauna del mundo, al modificar las condiciones de sus hábitats y poniendo en jaque la biodiversidad.
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Como una de las amenazas específicas contra el ambiente, siempre se ha señalado a las bolsas y otros recipientes plásticos, que mal utilizados y mal descartados, están invadiendo y afectando los cuerpos de agua superficiales, la vida que hay en ellos, además de afear el paisaje de campos y ciudades. La buena noticia es que esos miles de millones de toneladas de residuos plásticos que cada año terminan en los basureros o en cualquier sitio de la tierra, poco a poco se pueden ir sustituyendo por envases fabricados con materiales que son biodegradables. Se han fabricado, entre otros, con subproductos de la caña de azúcar y del maíz, y más recientemente han fabricado bolsas “plásticas” a partir de resinas de la yuca, las cuales se disuelven en el agua sin dejar residuos dañinos para las especies y para los ecosistemas acuáticos.