Inspírate en las hormigas para reconstruir a Venezuela
Uno de los recursos más valiosos que tiene Venezuela es la cantidad de personas altamente calificadas en un sin número de materias. Para reconstruir nuestro país podemos seguir el ejemplo de las hormigas, quienes incansablemente son capaces de erguir sus colinas de arena luego de que han sido destruidos por otras especies que cohabitan en su ecosistema.
Venezuela ha sufrido una destrucción sistemática a todo nivel. Mucho se habla de volver a ser la gran potencia en cultura, educación, medicina o cualquier otro de los muchos campos en los que se distinguió como pionera en las décadas de 1970-1990. Actualmente los venezolanos por el mundo y los que permanecen en el país tienen grandes expectativas en que pronto llegará un cambio de rumbo que permitirá reconstruir el país.
¿Qué nos enseñan las hormigas en cuanto a reconstruir lo que otros destruyen?
Lo primero es no rendirse. Las hormigas no se detienen ni se paralizan porque un humano les pisó su nido. Ellas siguen desempeñando su papel diseñado para aportar lo que la colonia necesita para seguir existiendo.
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Las hormigas no se pelean entre ellas. Cada miembro tiene un papel que jugar en el mantenimiento de la colonia. De acuerdo al tamaño, por ejemplo, las hormigas más grandes van a buscar comida a los sitios más alejados del nido y las más pequeñas recolectan lo que encuentran más cerca del nido.
Las feromonas les sirven para coordinar esfuerzos. Las hormigas segregan sustancias que sirven para indicar a otros individuos en dónde colocar los materiales de construcción para formar el túnel de la manera más eficiente para la colonia. Algunos químicos se utilizan para orientarse y poder volver al nido luego de una excursión para buscar comida o materia prima para la colonia.
El reto es ser como las hormigas
Admirando la perfección del funcionamiento de una colonia de hormigas, con roles definidos para cada miembro, respeto por el trabajo de los demás y coordinación en grupos para superar obstáculos, nos damos cuenta de que lo más difícil para los humanos es concentrarnos en trabajar por el bien de la comunidad para poder disfrutar de una colonia que funciona para el disfrute de todos.
La reconstrucción de Venezuela no es un sueño inalcanzable. Es una tarea que debe incluir a todos los individuos que quieran el bien de un país rico en bellezas naturales que han aguantado el abuso de quienes han desfalcado lo que han podido llevarse lejos.
Tan pronto como los venezolanos logremos reconocer el enemigo, unirnos para expulsarlos y volver a encontrarnos como personas de la misma colonia, cada quien puede comenzar a identificar a otros con conocimientos afines para reconstruir ese pedacito de país que nos hará fuertes de nuevo.
Fortalecimiento al reconstruir
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El declive de la calidad de vida a todos los niveles ha sido sistemático y progresivo. Eso nos ha permitido aprender en tierras lejanas o enfrentando los cambios dentro del país, a valorar la seguridad, la libertad, el respeto, la democracia y la ética que se han vuelto tan escasos en nuestra malherida nación.
Sin temor a equivocarnos, tenemos la certeza de que la reconstrucción la haremos con materiales más sólidos y técnicas más eficientes de las que hayamos utilizado previamente.
Venezuela, una vez que vuelva a pararse sobre bases sólidas del estado de derecho, será la mejor versión de sí misma gracias al esfuerzo coordinado de todos los miembros de su colonia.