La serie que muestra que las fronteras son mucho más que líneas en un mapa
Entre los trabajos del "periodismo explicativo" del grupo Vox, la serie Fronteras (Borders) es posiblemente la que destaca más elementos insospechados en su visión del mundo contemporáneo. Los videos los lleva Johnnie Harris, que ya tenía un tiempo viajando por varios países y reseñando curiosidades para la organización de noticias. Sin embargo, con Borders, los que hacen la serie dieron con un hilo conductor extraordinario por lo complejo y lo escurridizo de su naturaleza: las fronteras.
En tiempos en los que creemos que las migraciones son cosa de esta época y en los que los olvidos históricos son comunes, la serie es un recordatorio de que los países no se hacen únicamente de países, sino de intereses y de circunstancias históricas. Con comunidades poco conocidas e historias que han querido esconderse, podemos acercarnos a las complicaciones humanas que hacen que un país llegue a un punto y que en ese punto empiece otro.
Los episodios cuentan también historias que demuestran que las fronteras son construcciones mentales que tienen que ver mucho más con la identidad y sus complicaciones que con los territorios. De comunidades norcoreanas en Japón, pasando por la línea que separa los disímiles universos de República Dominicana y Haití, a las negociaciones que determinarán qué es de quién en el Polo Norte.
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La nueva temporada se dedica a Hong Kong. Con los mismos tonos y la misma habilidad para leer entre líneas y destacar lo que no es obvio para los que están fuera de esas fronteras. Una oportunidad para aprender de países que en este lado del globo conocemos poco. De ver cómo elementos totalmente disímiles circulan en conjunto dentro de en un territorio en apariencia pequeño. Un modo de entender cómo han interactuado las influencias inglesas y chinas, las históricas y las actuales, las evidentes y las escondidas.
