Ejercítate sin dar excusas: trucos para ir al gimnasio
Un día no vas al gimnasio porque tuviste mucho trabajo y estás cansado. Al día siguiente te asomas por la ventana y te das cuenta que llueve. “Mejor me quedo durmiendo”, te dices. El miércoles tienes una cita médica temprano y dejas para el jueves el entrenamiento. Pero, “es jueves!!!! Mejor retomo los ejercicios el lunes”. Así, sin darte cuenta, se te fue la semana y el entusiasmo.
Los expertos señalan que esto ocurre con más frecuencia de lo que crees y que lo importante es que no hagas de la excusa tu rutina. Ausentarte algunas veces del entrenamiento porque te sientes exhausto es válido, incluso recomendable, pero también es importante sobreponerte al desánimo y salir de la cama a la hora pautada. Si logras superar ese primer impulso de apatía, podrás darle una sacudida a tu cuerpo y obligarte a estar un poco más activo y dispuesto para el movimiento.
Claro, hay circunstancias que se pueden entender. Por ejemplo, si estás enfermo es mejor que te quedes en casa porque ejercitarte te puede empeorar el malestar. Tampoco puedes entrenar si tienes dolor en la espalda, una articulación inflamada, o si tienes muchas preocupaciones porque el gimnasio puede convertirse en otro estresor más. En estos, casos es mejor que hayas yoga, meditación o que vayas al médico.
Pero si ese no es el caso, sino falta de motivación, debes saber que cuánto más te mueves, más activo estarás. Es decir, si te quedas en la cama, cada vez que te da pereza, nunca encontrarás la fuerza para salir a entrenar. Para ser constante con el gimnasio hace falta algo más que una ráfaga de fuerza de voluntad: hay que llevar una disciplina sostenida en el tiempo. No siempre es fácil, por eso te daremos técnicas y trucos que te ayudarán a mantener la motivación para ir al gimnasio durante mucho tiempo.
Lo primero que debes hacer es planificar e interiorizar tu nueva rutina de entrenamiento y trabajo. Determina cuántas veces por semana y en qué horario irás al gimnasio y plantéate metas claras. Por ejemplo, ir 2-3 veces por semana es más que suficiente para notar progresos considerables.
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Elige en qué horario vas a ir al gimnasio. A primera hora de la mañana llegas más fresco y descansado, y te pone las pilas para el resto del día. Al mediodía tienes la ventaja de que no levantas tan temprano ni estás tan cansado como al salir del trabajo y en la tarde estás tranquilo porque ya terminaste tu jornada laboral y puedes concentrarte en el entrenamiento.
Una vez que definas horario y frecuencia pon en práctica estas recomendaciones:
- Desarrolla el hábito: Vence la apatía y el deseo de seguir durmiendo. Levántate y ve al gimnasio. Ya verás que después, cuando no vayas, te sentirás raro.
- El Plan B: siempre es útil tener un plan alternativo por si por alguna razón no puedes ir al gimnasio cuando lo tenías previsto: corre, monta bicicleta, camina largos trechos, haz ejercicio en casa.
- Sé previsivo: prepara tu ropa y el bolso del gimnasio con antelación. Deja todo listo en la noche para que no tengas que correr en la mañana. Hay personas que, incluso, preparan el fin de semana todo lo que necesitarán durante la semana y ya no tendrán razones para estar preocupados.
- Ve acompañado: si tu pareja o un amigo pueden ir contigo al gimnasio, mucho mejor. Ese acompañante puede mantenerte motivado día a día.
- Sé creativo: la monotonía es uno de los grandes enemigos de los que se inscriben en un gimnasio y para combatirla es importante que varíes las rutinas de entrenamiento y cambies los ejercicios con frecuencia para que no te aburras.
- Entrena con música: está comprobado que la gente que hace ejercicio con música tiene un mejor rendimiento que las personas que no lo hacen, ya que la música es un estímulo. Programa lo que deseas escuchar, lo que te llena de más energía y lleva la melodía contigo.
- Visualízate: la visualización es una técnica muy útil para motivarte a conseguir tus objetivos. Para el caso del gimnasio imagínate cómo te verás una vez que hayas conseguido tu objetivo, bien sea bajar de peso o desarrollar tono muscular.