El Vía Crucis de encontrar piso de alquiler en Madrid

Los aspirantes a habitar en el lugar se desaniman al ver salir y entrar a otras personas que también desean disfrutar de un espacio en el centro de Madrid, relativamente accesible.

La búsqueda de pisos de alquiler en Madrid, de gama media, se ha convertido en verdadero calvario para todos aquellos que necesiten quedarse en la ciudad por un tiempo determinado, pero que no desean o no tienen posibilidades de hacerse con un crédito hipotecario.

“Mis nuevas redes sociales son Idealista, MilAnuncios y Fotocasa. Es lo primero que consulto antes de meterme en Facebook o Instagram”, dejó soltar una chica un tanto frustrada por los requisitos que piden las inmobiliarias para alquilar un piso.

Hasta dos meses de fianza, el mes corriente y un mes de comisión que se queda la agencia por la gestión administrativa, se puede ver en los anuncios de las oficinas de real state de la capital, como parte de las exigencias a cumplir. “¿Si un piso me cuesta 600€ al mes, tengo que desembolsar 2400€ para entrar a vivir? Si eso me pillo una hipoteca y ya está”, expresó.

Al fin me toca el turno para ver el piso en la calle El Olmo de Lavapiés, justo enfrente del bar El Colmo. Al ver el tamaño de la habitación, no me quedó más que pensar en el nombre del restaurante mencionado. Por menos de 25 metros cuadrados, 500€ al mes. Solo por mirarlo, una tarde perdida en conversaciones con otros protoinquilinos con comprobantes de nóminas infladísimas y contratos de trabajo indefinidos.

El futuro casero, con cuadernillo en mano en el que anota la cantidad que gana el aspirante, si tiene contrato indefinido y otras etiquetas con el que construye su juicio, como la nacionalidad; se pasea por la pequeña propiedad para subastarla al mejor postor.

Entre la selección subjetiva, azarosa e injusta del dueño de un piso para alquiler en Madrid; los requisitos y jugosas comisiones de las inmobiliarias, y, sobretodo, la subida de precios que ha experimentado el sector en los últimos meses, han convertido un simple trámite del pasado en una verdadera Odisea.

Pisos en zonas como Villaverde Bajo, Usera y Lavapiés, considerados tradicionalmente de baja categoría por estar rodeados de problemas urbanísticos, de edificios ocupados y de mucha suciedad; han subido como la espuma, debido a un alza en la demanda, y presumiblemente, al nuevo fenómeno de los pisos de alquiler de estancias cortas para turistas.

Sin contar con que el inicio de las clases de grado y postgrado ha sido gas adicional para este volcán de demanda en plena erupción.

Un estudio hecho por el portal Fotocasa ha revelado que en la Comunidad de Madrid se concentra el 23% de las personas que buscan casa para compartir en España, seguida por las regiones de de Andalucía (18%) y Cataluña (15%). A ellas, le siguen la Comunidad Valenciana (13%) y el País Vasco (4%).

El dato revela que los precios se han disparado tanto, que los inquilinos optan por compartir los gastos de las viviendas. De hecho, según las estadísticas del Índice inmobiliario Fotocasa, revelan que las mentadas comunidades son las más caras para vivir.

De acuerdo con el diario El Mundo, régimen de alquiler ha pasado en poco tiempo de ser casi residual a estar presente en más del 20% del parque residencial, y subiendo.

Por otro lado, la renta media en España se ha encarecido un 10,2% en un año, hasta los 8,04 euros mensuales por metro.

Los especialistas consideran que el fenómeno, lejos de ser una burbuja como la que se vivió en la década pasada, es el principio de un ciclo económico expansivo, en el que la gente se gana mejor la vida y se independiza más, lo que impulsa el arrendamiento.

Por el bien de España, los madrileños y sus visitantes, esperemos que los buenos augurios para la economía de este país se cumplan.