Tradiciones navideñas españolas III: Las uvas en nochevieja
En países tan caribeños como Venezuela se solía tomar 12 uvas durante las 12 campanadas que anunciaban que el año viejo se iba y entraba el nuevo. Hasta donde sabemos, las uvas no son típicas del suelo tropical. ¿Por qué se ha extendido esta tradición hasta el otro lado del Atlántico? ¿A quién se le ocurrió meterse 12 uvas del tirón para celebrar la entrada del año nuevo?
Al parecer, la práctica comenzó a desarrollarse en la Puerta del Sol a mediados de 1880, cuando la plebe comenzó a imitar, de manera burlesca, a una clase acomodada que adoptó la costumbre francesa de tomar uvas acompañadas de champaña.
De acuerdo con un artículo publicado por La Vanguardia, en 1892, el entonces alcalde de la Villa y Corte, José Abascal, decretó una multa de 5 pesetas a quien alterara el orden público esa misma nochevieja. Así que ese año eligieron el 5 de enero para hacer su particular fiesta. La regulación se fue flexibilizando con los, y los madrileños se fueron concentrando en Sol año tras año, hasta que en 1897 se institucionalizó la celebración en la céntrica plaza de la ciudad.
La tradición se selló en 1909 cuando un excedente de cosecha de uvas hizo que bajara tanto el precio, que los agricultores tuvieron que pedir ayuda al Gobierno. El hambre y las ganas de comer se unieron literalmente esa nochevieja cuando los agricultores de Murcia y Alicante lograron dar salida a su producción de uva blanca, de variedad Aledo.
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Así que los hogares madrileños tomaron, durante el fin de ese año, docenas de uvas para celebrar. El hábito se volvió costumbre y la costumbre tradición, hasta trascender en el tiempo y la distancia.
En muchos lugares de América Latina se toman uvas importadas, pero en los países de bajos recursos se comen uvas deshidratadas o uvas pasas, como suelen llamarse.
Sabemos que debido a la economía controlada y distorsionada que campea en Venezuela, el fruto de la vid ha sido sustituido en los hogares por mandarinas, producto local que poco tiene que ver con la tradición.
Volviendo a España, vemos que la costumbre de tragar las 12 uvas en unos cuantos segundos se consolidó año tras año, al punto de ser incluida en los menús especiales que ofrecen los restaurantes para celebrar esta noche tan especial.
Hoy, la locación escogida por aquellos madrileños de clase baja, la Puerta del Sol, es el escenario principal de toda España, la noche del 31 de diciembre. Los focos de los medios de comunicación se centran en ese punto, las cámaras de televisión apuntan hacia el reloj de la Casa de Correos, e irónicamente, personas de clase alta alquilan balcones que dan hacia la plaza para disfrutar de la celebración.
Solo en 2016 se concentraron 25 mil personas en el lugar para recibir el año nuevo.
Si estás en Madrid para la fecha, y eres valiente, te animamos a ir. La verdad es que hace mucho frío y, a pesar de las medidas de seguridad, el ambiente es un poco caótico.