Top 7 trabajos de inmigrantes venezolanos en España
El tsunami de venezolanos en España que han llegado en los últimos meses, abona, junto a otros refugiados, una economía dinámica y falta de mano de obra calificada, entusiasmo, emprendimiento e ideas frescas.
Se dice que más de tres millones de caribeños han emprendido un éxodo a tierras antes desconocidas para una nación acostumbrada a recibir, más que a dar inmigrantes.
Colombia, Perú, Chile, Argentina y las ya conocidas Miami y Madrid se han convertido en un nuevo Egipto para unos nuevos cananitas.
¿Qué hacen para ganarse la vida? ¿Tienen los papeles en regla? ¿Los contratan de verdad?
Son muchas las preguntas que los venezolanos que no han logrado escapar del mar de la felicidad se hacen a diario con la esperanza de lo desconocido.
En esta ocasión solo nos referiremos a la capital española. Una ciudad donde se vive muy bien, es muy internacional y donde te reciben con los brazos abiertos si estás dispuesto a escuchar.
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Sin más.
La lista de trabajos de inmigrantes venezolanos en España:
1.- Pinche de cocina o ayudante de camarero:
Manos rápidas, mente aún más rápida y el orgullo y el mal rollo en cero. La máquina industrial descarga el vapor. Seca los platos a prisa para montar la otra carga antes de que la pila crezca más. Casi 12 horas en la hamburguesería porque hoy toca lo que ellos llaman producción. Al fin a casa, sin cotizar en la seguridad social y sin estabilidad porque trabajas a destajo mientras sale el arraigo.
El destino de muchos de los que no han podido salir sin dinero en el bolsillo, pero que encuentran su fuente de ingresos en restaurantes, bares y churrerías que los contratan en “B” y, en muchas ocasiones, por jornadas sueltas.
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2.- Repartidor:
El comercio electrónico galopa en toda la ciudad. Cada vez más los chicos se valen de Internet para comprar ropa, instrumentos musicales, libros y hasta comida en tiendas virtuales. Tanto que han surgido empresas encargadas de hacer repartos eficaces en vehículos ligeros por toda la Villa y Corte. Bicis y motos con los logos de Glovo, Uber Eats, Deliveroo desfilan por el centro de la metrópolis al ritmo de algún trap o reggeaton de moda. El acento venezolano retumba en la plaza de Barceló esperando a que el móvil suene para otro mandado.
En cuanto a los beneficios, unos denuncian que las empresas explotan a los jóvenes a través de condiciones poco favorables, mientras que otros repartidores dicen que se puede hacer buen dinero, especialmente si se conduce una motocicleta.
3.- Relaciones Públicas:
El frío madrileño debería ser ilegal. La brisa a la que llaman “aire” te corta la cara como hojillas de lago congelado. Las manos no se sienten si no están dentro del abrigo. Se pone el sol en la calle Montera. Los pescadores de hombres salen con sus redes verbales para atraer los euros hacia la disco. Tienen algo de dinero en el bolsillo para que compres el primer trago y recibir así una comisión por cada incauto que se quede en los antros del centro.
No tienes que tener papeles en regla para hacerlo. Es un trabajo callejero, en el que los pescadores no se estiman, sino que se disputan el territorio y los turistas.
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4.- Marketing / ventas
Un poco lo mismo que las relaciones públicas callejeras pero con traje, vestido, o si es por teléfono, en vaqueros. Casi todos los sectores grises de la economía le abren las puertas a lenguas frescas dispuestas a vender, o a timar, dependiendo del negocio que sea. Las empresas energéticas, las telefónicas, las inmobiliarias y sobretodo los seguros hacen contratos mercantiles a autónomos para engrosar su lista de comerciales. Venezolanos desempeñan alguna labor similar a diario por toda la ciudad.
5.- Artistas callejeros:
Bailarines, payasos, violinistas, cantautores, esculturas humanas y hasta cuatristas llenan las calles y el Metro de Madrid a diario para buscarse el pan. Unos lo hacen bastante mal pero parece que no se enteran, o no les importa. Otros saben enamorar a pesar de su falta de talento. Muy pocos logran triunfar en una selva subterránea dividida en reinos musicales que van desde lo clásico, lo típico y hasta lo sagrado.(Dicen que se puede hacer más dinero aquí que en una oficina)
6.- Entrenadores personales:
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Un trabajo que no conoce fronteras. En una era en la que todos estamos conscientes de que el ejercicio físico puede llevarnos, junto a otras cosas, a la felicidad, el cultivar el cuerpo se ha convertido en un asunto de Estado. En el mundo moderno muchos destinamos tiempo (y en muchos casos dinero) a conservar la figura a través de una actividad que mantenga sana la carne y el alma.
Ese nicho de mercado es atendido por decenas de entrenadores personales que ofrecen sus servicios de manera informal a través de la web.
Algunos prefieren entrenar al aire libre, con una atención personalizada, antes de pagar un gimnasio cada vez más automatizado.
El detalle está en las inclementes condiciones climáticas que se pueden experimentar en los picos del invierno o del verano.
7.- Médico:
La cúspide del conocimiento humano. El gremio más poderoso sobre la tierra. Los que están más cerca de decidir asuntos de vida o muerte (después de Dios). Debemos decir que son incontables los médicos venezolanos que han venido a Madrid a trabajar en uno de los mejores sistemas de sanidad del mundo (si no el mejor). El Estado los capta a través de las famosas pruebas MIR. Algunos que no han logrado coger una plaza de especialización, entran en el sistema de salud privado, en una operación un poco opaca.