Rubén Blades se despide de la salsa en Madrid
El poeta de la salsa, Rubén Blades, se ha despedido del género que lo ha hecho famoso, a través de un concierto de tres horas en el Jardín Botánico de Madrid, en el marco del festival Noches del Botánico, la velada del pasado lunes.
Acompañado por la enorme orquesta panameña de Roberto Delgado, el cantautor arrancó la presentación con uno de los sones cubanos más típicos que ha grabado en el disco Cantares del Subdesarrollo. Los primeros acordes de Las Calles emocionaron a los presentes quienes agitaron las banderas de sus respectivas naciones al ritmo de la clave.
“Soy de allí, de los que sobrevivieron”, se escuchó en el montuno, mientras Rubén narraba sus historias con su voz y su expresión corporal, típica del también actor consagrado en Hollywood.
Tras un atronador aplauso, comenzó una introducción bastante distinta a lo que suele escucharse en un concierto de salsa. Tras la especie de balada, sonó Decisiones. El público español seguía la canción al pie de la letra, mientras veía las imágenes proyectadas en el backing, que contaban las tres historias breves que Blades relata en la canción.
Además del ambiente festivo, una noche de clima agradable y de ser la copa de un cóctel de naciones latinoamericanas, el espectáculo de la gira Caminando Adiós y Gracias fue una caja de sorpresas. La primera de ellas se produjo cuando se subieron al escenario el argentino Jorge Drexler y el cantante español Core Maya para interpretar Pablo Pueblo con Rubén.
Maya dio el toque en este tema, tan lleno de imágenes como de denuncia social, al emular la voz del legendario Willie Colón, durante los coros.
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Blades, como es usual en sus conciertos, tomó la oportunidad entre cada una de las interpretaciones para relatar anécdotas de sus años en la universidad, que lo marcaron para poder escribir canciones con contenido como El Cazanguero, Arayué, Cuentas del Alma, Juan Pachanga, Maestra Vida y Buscando América, entre otras interpretadas esa noche.
Las referidas anécdotas, con Gabriel García Márquez, por ejemplo, hicieron que el público disfrutara tanto de los cuentos como de las canciones, al igual medida.
Uno de esos temas de letra dura y directa, compuesto por el panameño, sin duda alguna es Prohibido Olvidar. La letra habla sobre una dictadura que prohibe cosas como “la libertad, la libre prensa y el opinar”. Sin pelos en la lengua, el artista dedicó ese tema a su querida Venezuela, emocionando a los cientos de nativos de ese país que disfrutaron del show.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Blades entonó Todos Vuelven, mientras que la pantalla proyectaba imágenes de artistas fallecidos que compartieron tarima o trabajo con el compositor. Cheo Feliciano, Héctor Lavoe, Tito Puente, Celia Cruz, Gabriel García Márquez, Juan Gabriel, David Bowie y hasta Paco de Lucía aparecieron en el escenario mientras Blades cantó “todos vuelven, Por la ruta del recuerdo, Pero el tiempo del amor no vuelve más”.
Más tarde, durante un solo del pianista Juan Berna, el público le cantó cumpleaños a Rubén Blades, quien decía. “Maestra Vida la escribí cuando tenía 32 años, ayer cumplí 69 años. Siento que aún no he aprendido nada”.
El clímax de la velada llegó con el personaje del sombrero de ala ancha y del diente de oro. Para presentar Pedro Navaja, el también actor panameño interpretó Mack The knife, de Bobby Darin, germen de la citada canción Pedro Navaja, que a su vez salió de 'Die Moritat von Mackie Messer' de la Ópera de los Tres Peniques de Bertolt Brecht.
El inagotable repertorio de Blades desbordó las horas que duró el concierto. De hecho, canciones como Tiburón, Plantación Adentro y María Lionza, interpretadas habitualmente en escenarios de Venezuela, quedaron fuera del recital madrileño.
Como genuinos admiradores de Rubén Blades, le pedimos, tal como le pidió Coke Maya, “No te vayas Rubén”. El artista adelantó que no se va, sino que se moverá a otros géneros diferentes a los ritmos del Caribe. Ya veremos.