El primer aviador en mencionar el Salto Ángel
Muchos turistas del mundo, especialmente aquellos que disfrutan el turismo ecológico, han tenido conocimiento de la existencia del Salto Ángel, han visto videos, fotografías y leído reportajes en relación a este encanto natural. Pero relativamente pocos han tenido la fortuna de visitarlo, de escuchar el estruendo de las aguas al caer desde casi un kilómetro (979 m) de altura, de sentir sobre la piel la bruma que se esparce desde la lengua de agua que se desliza por la espalda del Auyantepuy, de cruzar por los abundantes cauces de agua aquella selva exuberante y tropical, biodiversa en especies vegetales y en aves, que con el concierto de sus trinos acompañan la jornada.
El Salto Ángel se ubica al sur de Venezuela, en un área habitada por la etnia Pemón que llama a esta belleza natural Kerepacupai Vená, que significa “salto del lugar más profundo”, y con toda razón porque es el salto de agua más alto del mundo. Está dentro del Parque Canaima, que es una superficie de unos 30.000 km2 decretada en 1962 como Parque Nacional protegido como Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), y declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1994, y en este siglo XXI, el Salto Ángel fue uno de los veintiocho finalistas durante la escogencia de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
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Por supuesto, este lugar ha sido el hábitat natural de los indígenas regionales, pero su descubrimiento al resto del mundo le corresponde al capitán de la Armada Venezolana Félix Cardona, nacido en España, quien junto al explorador español Juan Mundó, se consideran los primeros europeos en ver el salto. Cardona divulgó su hallazgo por medio de artículos y mapas de ubicación que llamaron la atención de Jimmy Ángel, un aviador norteamericano amante de la aventura, quien junto a Cardona hizo varios viajes aéreos al salto, hasta que en septiembre de 1937 decide aterrizar en la cima del Auyantepuy incrustando su avioneta en el suelo, por lo que Cardona tuvo que organizar y realizar el rescate de la tripulación. Afortunadamente no hubo víctimas que lamentar y desde entonces se comenzó a llamar Salto Ángel.
Las visitas al Salto Ángel se pueden hacer vía aérea desde Caracas o desde Ciudad Bolívar llegando a un campamento en Canaima, desde allí, combinando vía terrestre y fluvial, se realizan excursiones que duran aproximadamente trece horas.