¿Mi príncipe o mi princesa azul?
La perfección no existe, por lo tanto, no existen mujeres ni hombres perfectos. Pero sus cualidades se equilibran con aquellas que nos hacen falta y nuestras cualidades se equilibran con las que le hacen falta a ese príncipe o princesa.
Esta creencia que nació desde los cuentos de hadas como el de la bella durmiente, se refiere a la ilusión que tienen muchas mujeres en algún momento de sus vidas, en la que llegará un caballero encantado que vendrá a rescatarlas y regalarles una vida llena de amor y mucha felicidad.
El príncipe azul existe en la mente de aquellas mujeres que han idealizado un prototipo de hombre ideal que aspiran encontrar, pero los finales felices son distintos a los de los cuentos de hadas porque los seres humanos tienen cambios en su estado de ánimo y tienen defectos, manías, debilidades e inseguridades personales.
La realidad del amor
Es un mito el hecho de afirmar que dos personas que se quieren son dos en uno. En la vida real no existen los príncipes ni las princesas azules, solo existen personas que conoces en un momento determinado de tu vida y que por mutuo acuerdo, trabajan juntos para que su amor, día a día, sea más grande.
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La idea del príncipe azul tan propia del amor romántico también conduce a la exaltación de la emoción del enamoramiento. Pero el amor evoluciona constantemente y la pasión de los inicios es más intensa que en etapas posteriores. El mito del príncipe azul muestra cómo podemos distorsionar la realidad emocional a partir de creencias condicionantes.
Hay cosas que no se pueden cambiar como la personalidad, y es por ello que debemos buscar nuestro yo interno y preguntarnos si podremos vivir con los defectos de esa persona a quien deseamos en nuestras mis vidas, a esa posible pareja, así como también preguntarnos si esos defectos podrían ser compensados por sus cualidades…
Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará
Julio Cortázar