Dormir también tiene sus normas

Creciste con la idea de que es importante dormir 8 horas diarias. Ese es tu anhelo cada noche, cuando, finalmente te acuestas, pero muy pocas veces logras ese cometido porque siempre estás muy ocupado, incluso para descansar.

Conscientes de esa imposibilidad latente de dormir esas horas 8 que se establecieron como norma,  los expertos de la “National Sleep Foundation”, un instituto de investigación estadounidense sin fines de lucro con sede en Arlington, Virginia, Estados Unidos, elaboraron un nuevo estudio en el que determinaron el número de horas que –por salud- debe dormir una persona por día.

• Los recién nacidos (de 0 a 3 meses de edad) deben pasar en la cama entre 14 y 17 horas por día, aunque ese tiempo puede reducirse a entre 11 y 13. Lo que no recomiendan los especialistas es que los bebés prolonguen hasta por más de 18 horas la jornada de descanso en la cuna.
• Los de 4 a 11 meses deben dormir entre 12 y 15 horas, está bien si se quedan entre 11 y 13, pero nunca deben superar las 16 horas.
• A los niños de 1 a 2 años se les permite quedarse en la cama hasta 9 horas o más. De hecho, lo realmente saludable es que descansen entre 11 y 14 horas. Cuando ya el niño comienza preescolar, de 3 a 5 años, no se aconseja que estén en la cama menos de 7 horas y más de 12. La recomendación de la “National Sleep Foundation” es que pasen en la cama entre 11 y 13.
• Los que ya están en la escuela, hacen tareas y tienen obligaciones, los niños entre 6 y 13 años, deben entregarse al sueño mínimo 9 horas y máximo 11 horas.
• En la adolescencia estas pautas cambian. Los jóvenes que tengan entre 14 y 17 años deberían dormir una media de 10 horas al día. En los adultos más jóvenes (de 18 a 25) esta cifra se reduce considerablemente al tener que pasar en la cama entre 7 y 9 horas al día (nunca menos de 6 ni más de 10 u 11).
• En los adultos (de 26 a 64) la regla de las ocho horas se mantiene, aunque la “National Sleep Foundation” la matiza afirmando que debería ser entre 7 y 9. Para terminar, este grupo determina que los mayores de 65 años tendrían su límite entre las 7 y 8 horas por jornada.

Lamentablemente los adultos ocupados, los que estudian y trabajan o los que tienen que tener varios empleos para mantenerse, no llegan a cumplir con la regla mínima de las 8 horas diarias. Por otra parte, los estimulantes como el café y las bebidas energéticas, además del reloj despertador y las luces -incluyendo las de los dispositivos electrónicos- interfieren con el ritmo circadiano (el ciclo de vigilia y sueño).

Los poco dormilones, o los que sufren insomnio, por el estrés o por la vida agitada que llevan, tendrán consecuencias negativas, tarde o temprano. La falta de sueño afecta la salud y calidad de vida de más del 40% de la población mundial. Lo que lo convierte en el trastorno de sueño más frecuente en la población general.

Si tú estás en ese grupo de personas que duerme mal sigue estas recomendaciones:

1. Mantén un horario de sueño, incluso los fines de semana.
2. Practica una rutina para dormir relajado.
3. Haz ejercicio físico a diario.
4. Asegúrate condiciones ideales de temperatura, ruido y luz en el dormitorio.
5. Duermes con un colchón y una almohada cómodos.
6. Ten cuidado con el alcohol y la cafeína.
7. Apaga los aparatos electrónicos antes de acostarte.