Se cumplieron 72 años de la bomba de Nagasaki, bajo amenaza nuclear

El régimen de Corea del Norte ha anunciado que estudia bombardear la isla de Guam, donde se encuentra la principal base militar estadounidense en el Pacífico.

La respuesta del presidente Donald Trump no se ha hecho esperar. El polémico mandatario amenazó a Pyonyang con desatar “una furia y un fuego nunca antes visto en el mundo”.

Mientras los ciudadanos del mundo continúan sus vidas cotidianas al leer este tipo de noticias a través de sus dispositivos electrónicos, o escucharlas a través de los medios de comunicación masivos, el recuerdo de Fat Man, la bomba que cayó sobre la ciudad japonesa, es más vigente que nunca.

Estos nuevos mártires, fueron precedidos por aquellos famosos mártires japoneses que fueron crucificados por el imperio japonés entre los siglos XVI y XVII.

Volviendo a mediados del siglo XX, recordamos que Nagasaki tenía unos 240 mil habitantes al momento del ataque.

En principio, la ciudad ubicada en la costa sudoeste de Kyushu no era el blanco de la segunda bomba, tras la explosión de Hiroshima. Harry Truman, a quien se le suele vincular con la masonería, puso la mira sobre Kokura para forzar la rendición de Japón; pero el mal tiempo hizo que se cambiara por Nagasaki.

Cabe destacar que Nagasaki fue una de las regiones de la tierra del sol naciente con mayor población católica. De hecho, la pequeña comunidad católica perdió dos tercios de sus miembros tras el ataque nuclear norteamericano.

Un error de cálculo de los aviadores estadounidenses hizo que la bomba no cayera en el centro de la ciudad. Sin embargo, el efecto igual fue de devastador, asesinando de manera inmediata a unas 75 mil personas. En los días siguientes murió un número similar a causa de heridas y enfermedades ocasionadas por la radiación.

Hoy, los coletazos de la guerra fría siguen aterrorizando al mundo. El régimen norcoreano presume de ser capaz de golpear "cualquier punto" del territorio continental estadounidense con sus ojivas nucleares, mientras que altos cargos de la administración Trump han repetido que la opción militar "está sobre la mesa" ante el acelerón que se ha registrado de las pruebas de armamento.

Esperemos que las presiones de China, Japón y Corea del Sur sean suficientes para detener la vorágine de insensatez que se está desatando en este conflicto.