¿Tienes inteligencia emocional?
¿Eres capaz de controlar tus impulsos, no te dejas llevar fácilmente por estallidos emocionales, sabes calmarte cuando tus emociones son especialmente negativas e intensas y sabes adaptarte a las circunstancias cambiantes? Responde a esas preguntas y sabrás en qué nivel estás y cómo puedes mejorar
Tuviste un dia difícil. Muchas reuniones de trabajo agotadoras, complejas, intensas. El volumen de ocupaciones te puso al límite. Llegas a tu casa y un incidente menor con un vecino, en el ascensor, te hace explotar. El joven del apartamento contiguo no comprende tu reacción. Le parece desproporcionada. Y a ti también, sólo después que tuviste la oportunidad de pensar y evaluar lo que hiciste.
Cualquier experto pudiera concluir que no actuaste con inteligencia emocional. Que no valoraste tu molestia adecuadamente y explotaste frente a una persona que no tenía ni responsabilidad ni conocimiento de la tensión que acumulaste durante todo el día.
En efecto, la inteligencia emocional se refiere a las capacidades y habilidades psicológicas que implican el sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas. Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar satisfactoriamente las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.
El concepto apareció en 1983 con el psicólogo Howard Gardner, quien consideró a los test de coeficiente intelectual como insuficientes para lograr una apreciación de la inteligencia y pensó que debía haber otra forma para valorar las emociones.
Dos formas de inteligencia emocional
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Surgieron, entonces, dos formas elementales de inteligencia emocional: la inteligencia interpersonal que implica entender y comprender las emociones de los otros y tener la habilidad de reaccionar según el estado anímico del otro; y la inteligencia intrapersonal que se refiere a la comprensión de las propias emociones, de tenerlas en cuenta al momento de tomar decisiones y ser capaz de regular las emociones según la situación.
Apenas se conoció el concepto y se divulgó científicamente comenzaron a organizarse seminarios, talleres y cursos porque la gente quería aprender a tener inteligencia emocional, a tener habilidades y herramientas para saber cómo reaccionar frente a distintas situaciones que se presentan en la vida.
Y por eso aparecieron numerosos test con el objetivo de medir, calcular y comparar las habilidades emocionales de las personas. Hay expertos que consideran que la mayoría de esas evaluaciones no tienen aval científico, pero igual se convirtieron en una referencia para valorar las características afectivas y sentimentales de gente como tu.
En todo caso, debes saber que hay habilidades y ventajas generales que identifican a las personas emocionalmente inteligentes:
Empatía, capacidad de motivación (tanto hacia uno mismo como hacia los demás), autoconciencia, capacidad de controlar la exteriorización de las emociones, liderazgo, entre otras. ¿Tienes algunas de ellas o crees que debes mejorar su consolidación?
Si aún te falta para alcanzar esos objetivos es importante que tomes en cuenta que la inteligencia emocional desempeña un papel central en el éxito o el fracaso de la relaciones humanas, desde las sentimentales y familiares hasta los vínculos laborales. También es un factor determinante en el funcionamiento de las organizaciones, ya que la empatía, autocontrol emocional y motivación de las personas puede condicionar el trabajo en equipo, haciéndolo más o menos eficiente y satisfactorio.
La inteligencia emocional puede facilitarte las relaciones con los demás, la consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés o la superación de obstáculos.