Salmón genéticamente modificado

Uno de los novedosos caminos de la biotecnología es el uso de la ingeniería genética para producir organismos genéticamente modificados (OGM), lo que ha sido muy útil en la producción de alimentos. Lo más común hasta ahora ha sido el uso de los OMG en producción vegetal, ya que se han producido cultivares de diversas especies de plantas con una serie de características deseables que facilitan su producción en el campo, porque resisten condiciones ambientales adversas, porque tienen mayor capacidad de rendimiento, porque resisten o toleran el efecto de algunos herbicidas, en fin, porque resultan en una mayor productividad, generalmente con menores costos de producción que con cultivares convencionales.

Esta herramienta, la ingeniería genética, también permite la clonación de individuos como en el famoso caso de la oveja Dolly, que en el año 2003 fue el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, por científicos del Instituto Roslin de Edimburgo, Escocia.

Ya está en el mercado un salmón genéticamente modificado, el cual conserva el exquisito sabor y otras propiedades de este pez, pero con la ventaja de que alcanza su tamaño y peso de mercado en un período de 16-18 meses, en lugar de los tres años que tarda un salmón convencional. Por supuesto, esto tiene una serie de ventajas al igual que la mayoría de los OGM, ya que al requerir la mitad del tiempo para ir al mercado se puede duplicar la producción en el tiempo y en el espacio. Además, se ha evaluado que se requiere alrededor de 25% menos de alimento para producir la misma cantidad de carne de salmón, por lo que es mucho más eficiente y menor el impacto ecológico.

En la actualidad, la producción de este salmón GM está concentrada en Albany, Indiana, USA, y solo se está vendiendo en el mercado canadiense, pero su producción está autorizada por la FDA de los Estados Unidos de Norteamérica.