¿Recuerdas el sueño de anoche?

De los sueños han surgido las hadas, los faunos, los duendes, las ninfas y todos los seres mitológicos conocidos.

En los sueños se aparecen cosas extrañas, lugares que no conoces, personas que nunca has visto, caminas sobre el agua,  hablas otros idiomas, vuelas, te encuentras con personas ya fallecidas.

A veces no quieres despertarte porque tienes un sueño maravilloso. Y también hay mañanas en las que sales de la cama despavorido porque una pesadilla te arruinó el día.

Los sueños son uno de los fenómenos más misteriosos e incomprensibles que aún no se han  podido explicar y por esa razón siguen causando sorpresa y desconcierto.

Aunque sean fantásticos y distorsionados, los sueños no siempre son arbitrarios y  pueden llegar a tener un significado, principalmente cuando se relacionan con personas significativas para ti o incluso desconocidas, cuando tienen conexión con tus deseos y temores o con acontecimientos del pasado.

Los sueños son un misterio que genera intriga, que inspira historias y leyendas. Los sueños pueden  atormentarte o regalarte un descanso placentero del que no quieres salir. A veces los recuerdas vívidamente, como si en verdad hubieras estado en ese sitio fantástico del que no te querías ir y a veces solo tienes una sensación desagradable que supones te generó ese sueño que no logras reconstruir completamente.

Hace décadas que se entiende a los sueños como una manera de procesar y acumular lo que te ha sucedido durante el día y hoy las investigaciones siguen apoyando esta hipótesis. Rubin Naiman, psicólogo clínico especialista en medicina integral del sueño de la Universidad de Arizona, señala que "Por la noche, el cerebro digiere y filtra metafóricamente la información, al igual que los intestinos lo hacen con la comida".

Se estima que cada persona tiene entre cuatro y seis sueños por noche, pero la mayoría los olvida apenas abre los ojos en la mañana porque no les prestó suficiente atención Es algo así como cuando caminas el mismo trecho todos los días de forma automática. Solo cuando ocurre algo diferente, que llama tu atención, puedes recordar, de lo contrario todo pasa como una película sin propagandas.

Como ves, parece no haber consenso con respecto a las razones por las cuales recuerdas sólo algunos sueños. ¿Quizá sea porque le diste más importancia a uno sobre otro? ¿Quizá porque es el último sueño que tuviste antes de despertar y ese es el que mantienes en la mente? ¿Quizá porque estimuló con mayor fuerza tu memoria visual?

En todo caso, la capacidad de recordar los sueños parece tener más relación con el interés que cada persona tenga sobre sus propias fantasías nocturnas.  Es decir, parece que pensar que tus sueños son importantes, te ayuda a recordarlos. Quizá recuerdes los sueños que más relevancia han tenido para ti. Por otro lado, parece que las personas que mejor recuerdan los sueños tienen mejor memoria visual que los que no los recuerdan.

Se dice, incluso que tu memoria borra entre el 90 y 99% de los sueños y que 10 minutos después de despertar, recuerdas solamente el 10% de eso que habías logrado conservar. Las razones no están completamente claras y hay varias teorías.

También se dice que el sonido de tu despertador hará que tengas menos posibilidades de recordar un sueño, ya que la mejor manera para retenerlos es despertarse lentamente, dejando que pasen algunos minutos mientras tu cerebro asume que hay que retomar actividades.