Madurez ¿edad o experiencias?

Normalmente, a mayor edad, mayor madurez, y en realidad es cierto que nuestro desarrollo psicológico, intelectual, físico y espiritual se va reforzando con el pasar del tiempo. Veamos algunas teorías acerca de qué es la madurez.

Algunas teorías

Se dice que la madurez es un campo de crecimiento que se adquiere con los años y con los daños. Crecemos particularmente en los momentos de mayor complicación y sufrimiento.

Por otro lado, se encuentran hipótesis como la del estudio del Instituto de Neurociencia Cognitiva de Londres, que sugiere que el cerebro continúa desarrollándose después de la infancia y la pubertad y que no está totalmente maduro hasta que superamos los 30 años, e incluso después de cumplir los 40.

Y existen otras teorías como la que sugiere que el córtex prefrontal es la zona que experimenta un período de desarrollo más prolongado. Es la región cerebral que maneja las funciones cognitivas como la planificación y la toma de decisiones, así como juega un papel clave en el comportamiento social.

Madurar es ser feliz sabiendo que no todo es perfecto. Es fortalecernos cada vez que tenemos que lidiar con el malestar. Es una fuente de aprendizaje, cambio y crecimiento.

Amarse a uno mismo, ayuda muchísimo en este período de maduración. Querernos es nuestro punto de apoyo para levantarnos tras cada caída. No hay amor más poderoso que el propio y éste es la base de nuestra fortaleza ante la vida.

Valorar nuestro ser

La formación de una personalidad madura es un ideal que con frecuencia valora más el “tener” que el “ser”. Sólo viviendo de acuerdo con la verdad de nuestro ser, podremos descubrir el camino que conduce a la felicidad auténtica y duradera.

La persona verdaderamente madura sabe cuándo es tiempo de ponerse serio y cuándo es momento de tomar las cosas con tranquilidad, no lleva su vida con superficialidad sino guiada por principios claros. Tiene la capacidad para discernir entre un tiempo y otro, y en la mayoría de las veces sabe lo que conviene y lo que no.