Láser para #depilación: tipos y usos

El uso de láser para eliminar áreas pilosas indeseadas es muy eficiente, consiste en enviar un rayo de luz de una longitud de onda específica dentro de la piel, esta luz ataca la pigmentación oscura del folículo piloso, destruyéndolo sin afectar los tejidos de la piel circundante. En algunas personas esto causa una permanente pérdida de los pelos mientras que otras requieren repetir el procedimiento. En ciertos casos, los pelos que reaparecen son de color más claro que los originales y de textura más fina.

En depilación se pueden utilizar cuatro tipos de láser: Ruby, Alexandrita, Diodo y NdYAG y cada uno es diferente del resto y se utilizan en diferentes tipos de piel. El Ruby se aplica en áreas pequeñas y en piel tanto clara como oscura. Alexandrita es muy versátil, se puede utilizar en diversos tipos de pelos y en áreas grandes. El Diodo emplea una longitud de onda un poco más larga que los otros tipos de láser, lo que lo hace más efectivo en muchos tipos de piel. El NdYAG trabaja muy bien cuando tanto la pilosidad como la piel son oscuras.

La depilación con láser no es una buena opción para todo el mundo. No se recomienda en personas que tengan determinado desorden o condición médica, ni para pilosidades grises o blancas, o en general de colores muy claros, porque no tienen suficientes pigmentos para absorber la energía del láser.

En algunos casos, como por ejemplo las pilosidades faciales, un tratamiento puede ser suficiente, mientras que en otras áreas del cuerpo se pueden requerir varios tratamientos. Es un método considerado bastante seguro, pero tiene que ser realizado por personas profesionales, con experiencia. Si no se realiza correctamente pueden ocurrir quemaduras, ampollas, decoloración de la piel, y hasta un irregular recrecimiento de los pelos. Para mejores resultados siga todas las recomendaciones de su médico, antes y después del tratamiento con láser.