La Diosa Artemisa
Artemisa fue una diosa muy venerada por los griegos, era hija de Zeus y Leto, producto de una de las infidelidades de su padre, por lo que Hera, la esposa de Zeus, trató por todos los medios de impedir este nacimiento, pero Zeus envió a Leto a la Isla de Delos donde nació Artemisa seguida por su hermano mellizo Apolo. Es la Diosa de la Caza, de los Animales Salvajes y de la Virginidad. Se le representa como una joven virgen, vestida con ropas confortables para andar libremente por los campos, armada de arco y flechas y acompañada de animales.
Uno de los rasgos más distintivos de Artemisa fue su virginidad. Parece ser que siendo niña pidió a su padre que le concediera permanecer virgen y poder andar cazando por los bosques junto a ninfas y dríades que formarían su séquito. Al lograr estas concesiones por parte de Zeus, Artemisa pidió a Hefesto que le hiciera un arco y flechas para cazar. Adicionalmente, el Dios Pan le dio una jauría de perros cazadores para que la acompañaran. Todas sus acompañantes tenían que permanecer vírgenes o serían severamente castigadas.
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La propia Artemisa fue tan celosa de su castidad, que en una oportunidad se bañaba en el bosque acompañada por sus ninfas, y Acteón, hijo de Aristeo, andaba cazando por el bosque y por casualidad la vio. La diosa se disgustó tanto por haber sido vista desnuda, que transformó a Acteón en un ciervo y luego sus propios sabuesos lo destrozaron sin saber que ese ciervo era su dueño.
Artemisa, bella y además con el tesoro de su virginidad, fue deseada por muchos dioses y hombres, pero ninguno pudo conquistarla. Alfeo, un Dios Rio, se enamoró de ella y sabiendo que no podría lograrla decidió raptarla, pero la diosa se cubrió el rostro con barro y Alfeo no pudo reconocerla. Sipretes era un joven de Creta que en una oportunidad vio a la diosa desnuda tomando un baño e intentó violarla, recibiendo como castigo que lo transformó en una chica. Artemisa siempre fue acosada pero supo librarse de sus atacantes y mantener por siempre su castidad.