Imaginación guiada comunica tu mente con tu cuerpo
La imaginación guiada es una conversación interna que establecen tu cuerpo y tu cerebro. A partir de ese primer contacto puedes ser capaz de llegar a un estado elevado de conciencia que te permitirá aprender, crecer, sanar y cambiar más rápido. La técnica facilita la posibilidad de que te apropies de tu respuesta inmunológica, si decides practicar la visualización de modo regular.
Marianela Castes, venezolana, química, inmunóloga, con posgrados en el Instituto Pasteur de París, asegura que la imaginación guiada es una creación consciente y volitiva de impresiones sensoriales mentales, que se elaboran con el propósito de cambiar algo que no queremos seguir llevando en nuestra vida como por ejemplo sustituir una situación de enfermedad por una de salud.
La imaginación guiada es una herramienta, parecida a la meditación y a la relajación, que te permite entrar en una conversación interna en tu organismo con la idea de que conscientemente propicies interacciones bioquímicas que te ayuden a sanar
Bruce Lipton, científico de la Universidad de Stanford y autor del libro “Biología de las creencias”, lo ve de esta manera: “El comportamiento biológico puede ser controlado por fuerzas energéticas invisibles, incluyendo el pensamiento”.
Eso significa que así como te estresas, te debilitas y te enfermas, puedes ser capaz de activar tu respuesta inmune y protegerte de enfermedades.
La imaginación guiada es un método que conecta tu cuerpo y tu cerebro con la visión, el tacto, el gusto y el olfato, junto con el movimiento y una posición específica que te permite conseguir una respuesta relajante
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La idea es pensar en imágenes mentales que te calmen y serenen como el mar, una montaña, el amanecer, la puesta de sol, una cascada.
Algunos estudios han confirmado que la práctica regular de esta terapia alternativa contribuye a elevar la cantidad de células de tu sistema inmunológico, lo que hace que tu cuerpo se mantenga sano. Además, aumenta el bienestar en general y reduce la depresión.
Procura, mientras haces la imaginación guiada, sentir todo lo que puedas: huele los árboles y las flores, experimenta la temperatura del lugar, la brisa y la textura de la arena en tus pies.
Lo más importante es que logres relajarte por completo. Esta terapia no puede realizarse apresuradamente, puesto que precisa paciencia, tiempo y práctica.
Las sesiones pueden ser practicadas mientras te guías por un libro, con un terapeuta o escuchando un audio. También puede realizarse en sesiones individuales o en grupo y durar entre 20 y 30 minutos.
El terapeuta utilizará técnicas diferentes que llevarán al paciente a imaginar lugares o diferentes situaciones que generen tranquilidad, relajación y seguridad. La música de fondo deberá ser siempre suave para evitar la desconcentración.
La idea es que te recuestes en una posición cómoda, que cierres los ojos y respires profundamente. De allí en adelante imagínate en un lugar que te produzca placer