Los formícidos (hormigas): Molestosas pero funcionales
No hay nada más molesto en una casa y más, en una cocina, que las dichosas hormigas.
Combatir las hormigas a veces parece la batalla de nunca acabar. A pesar de ser menos desagradables que otros insectos como las arañas, mosquitos o pulgas, resultan una pesadilla difícil de combatir y más cuando se antojan de invadir las alacenas donde guardamos los alimentos.
Para los que las quieran erradicar de su cocina
Las abuelas recomiendan que, para eliminar las hormigas de la cocina, hay que hacerlo de forma natural. Hay “recetas” que sugieren el uso de diversos olores que resultan tan desagradable para ellas, que harán que se mantengan a raya. La ventaja, es que algunos de los olores son agradables para nuestro olfato:
- Aceite de lavanda
- Hojas de menta trituradas
- Hojas de laurel
- Ajos picados - Aunque no suele ser uno de los olores más agradables, resulta eficaz para conseguir el objetivo. Se debe frotar el ajo por los lugares de la cocina por los que suelen aparecer las hormigas.
- Colocar barreras en las alacenas utilizando cúrcuma, canela, pimienta negra o de cayena, polvos de talco o carbón en polvo.
Valiosas para la naturaleza
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Es verdad. Estos mínimos animales molestan en el hogar. Sin embargo, cumplen una función sin igual en la naturaleza. Los expertos afirman que su función puede ser más importante que ningún otro grupo de animales. Su tarea es sencilla: Mantener limpio y diverso, el suelo del ecosistema.
Según los expertos de la Universidad de Liverpool, las hormigas son las responsables de recolectar más del 50% de los desperdicios orgánicos del suelo.
Las hormigas son capaces de llevar pedazos de animales muertos, semillas de todos los tamaños, hojas y cualquier trozo de frutas a sus nidos. De esta manera, se facilita la descomposición y distribución de los nutrientes en la tierra.
Cuando realizan su tarea, pueden generar lugares de alta diversidad y, por la gran cantidad de nutrientes desplazados, la vida florece en los lugares más inhóspitos.
Una investigación publicada en el Journal of Animal Ecology, reportó que un bosque sin hormigas hace que los desechos orgánicos se tarden más en descomponer. Su importante labor hace que los suelos sean más diversos y menos homogéneos.
En la casa su presencia -en forma moderada- puede ser beneficiosa, puesto que eliminan las larvas de arañas, moscas, pulgas, polillas y otros insectos.