El Dios Apolo de la mitología griega
Apolo ha sido uno de los dioses más venerados en la Mitología Griega. Era hijo de Zeus y Leto y hermano mellizo de Artemisa, y fue, después de su padre, el dios más venerado y poderoso, temido por los demás dioses y considerado el Dios de la Belleza, la Perfección, la Armonía, del equilibrio y la Razón, y era protector de pastores, marineros y arqueros. El joven y apuesto Apolo es representado como un joven imberbe, con una corona de laurel llevando en las manos una lira. También era considerado como Dios del Sol, porque subido al carro dorado del sol, tirado por caballos blancos y briosos, recorría el cielo.
Se le considera defensor de la música y de la poesía, así como del deporte y la ganadería. Tenía el poder de trasmitir el don de la clarividencia, lo cual hizo con Casandra, y en tal sentido ha sido reconocido en los oráculos que funcionaban en la Antigua Grecia en su nombre, de los cuales el más famoso es el oráculo de Delfos.
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A pesar de tanta belleza y tanto poder, Apolo fue infeliz en el amor aún cuando tuvo muchas relaciones de las que quedaron varios hijos. Un caso fue el de la ninfa Dafne, de quien se enamoró luego de ser alcanzado por una flecha de Eros, Dios del Amor, pero Dafne lo rechazó y Apolo la castigó convirtiéndola en árbol. Otro caso fue el de Creusa, quien era hija de Erecteo, rey de Atenas, a la cual violó dejándola embarazada resultando el nacimiento de su hijo Ion.
Algo muy terrible en la vida de Apolo fue cuando su padre, el Dios Zeus, ordenó a un grupo de cíclopes que mataran a Asclepio, hijo de Apolo. En venganza y lleno de rabia, Apolo eliminó a los cíclopes causando que Zeus lo desterrara al mundo de los mortales. Fue considerado en la Mitología Romana como Febo (Phevos), pero este epíteto que significa brillante (como el sol), también ha sido considerado por los griegos, tanto, que en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, las mascotas fueron Atenea y Phevos.