Dieta saludable contra la ansiedad

Todos experimentamos ansiedad en cualquier momento, no hacerlo puede ser una señal de un problema psicológico serio. La ansiedad es una estrategia del cuerpo para ayudar a la mente a reconocer el peligro y alejarnos de él. Sin embargo, solo alrededor de 5% de las personas experimenta severa ansiedad, y muy raramente buscan ayuda profesional.

La ansiedad es una mezcla de síntomas físicos y mentales, y cuando el cuerpo está bajo amenaza, automáticamente se prepara para luchar o correr (“fight or flight”). Ayuda a enfrentar las tareas y demandas cotidianas, pero cuando se convierte en un temor excesivo e irracional a las situaciones de cada día, se convierte en un desorden peligroso.

Afortunadamente, existen tratamientos efectivos para la ansiedad, uno de los cuales es tener una dieta saludable. Aunque esto no cure estos desórdenes, hay cambios en las dietas que pueden beneficiar a personas severamente ansiosas:

-Evite o limite la cafeína ya que puede acelerar el ritmo cardíaco y trastornar el sueño, que luego se convierten en señales de ansiedad.

-Evite el exceso de alcohol porque también trastorna el sueño y causa síntomas de ansiedad. Mucha gente bebe licor para calmar los nervios pero las consecuencias a una relajación inicial pueden ser peores, con señales de resaca, insomnio y deshidratación. En exceso el alcohol puede causar depresión.

-Consuma carbohidratos complejos como papa, granos integrales y pasta. Estos alimentos son tranquilizantes porque incrementan la cantidad de serotonina, que es un neurotrasmisor calmante. Estos carbohidratos toman tiempo en digerirse por lo que el azúcar en la sangre se mantiene constante eliminando el estrés y la ansiedad.

-Consuma ocho o más vasos de agua al día.

-Tome suplementos multivitamínicos y minerales para suplir las recomendaciones diarias totales.

Aunque la tensión y el estrés diarios son inevitables, se pueden aliviar y manejar mejor de acuerdo a lo que uno consume o deja de comer. Recuerde que somos lo que comemos y esto aplica a cómo nos sentimos emocionalmente también.