Desastres mundiales y el cambio climático
En los años recientes, una noticia que se repite con frecuencia en los medios de todo el mundo, es referida a los desastres causados por la fuerza del agua sobre la infraestructura de pueblos enteros, destruyendo todo a su paso y reclamando vidas humanas. Muchas personas responsabilizan de estas verdaderas tragedias, al cambio climático.
Lógicamente, el desequilibrio ambiental debe ser causa de que ocurran eventos geológicos y atmosféricos extremos. Volcanes apagados se encienden de nuevo; terrenos tranquilos tiemblan; ríos apacibles crecen y adquieren una fuerza inmensa; nevados y glaciares se funden, se desprenden, elevando los niveles de los cuerpos de agua; ciclones y huracanes adquieren mayor velocidad y poder devastador; nevadas, granizadas y lluvias interminables alcanzan niveles de gran peligrosidad; sequías prolongadas calcinan la superficie terrestre, etc.
La mayoría de los volcanes activos se ubican en los alrededores del Océano Pacífico, en lo que se denomina “Anillo de Fuego” que va desde Nueva Zelanda hasta Asia y América. Unas erupciones volcánicas son destructoras mientras que otras son solo de emisión de cenizas, pero que como el volcán islandés que hizo erupción en el 2010, afectó el espacio aéreo con la cancelación de 95.000 vuelos en y para Europa en tan solo cinco días.
Los terremotos cuando ocurren cerca de áreas urbanas causan gran destrucción de infraestructuras y abundantes muertes. Cuando ocurren en el mar o cerca, pueden causar tsunamis incrementando el peligro. Un ejemplo fue el terremoto de 9 grados que sacudió a Japón en el 2011, con el consecuente tsunami que destruyó la central nuclear de Fukushima y todo su efecto de contaminación ambiental.
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Las inundaciones por desbordamiento de ríos y lluvias abundantes son cada vez más frecuentes y fuertes, destruyendo infraestructuras, dejando muertos, desaparecidos y núcleos urbanos evacuados. En cuanto a los nevados que se funden por aumento de la temperatura, causan avalanchas y destrucción. La fusión de los glaciares apunta hacia una elevación de los niveles marinos, con peligro para islas y poblaciones ubicadas cerca del nivel del mar.
En algunas regiones las sequías prolongadas pueden favorecer la ocurrencia de terribles incendios de vegetación y de poblados causando la ruina de muchas familias. En zonas áridas y semiáridas, la sequía acentuada es causa de migración de poblaciones enteras, que huyen del hambre y la sed.
Muchos de los desastres mundiales, por exceso o defecto de agua, afectan principalmente a la agricultura, a la producción de alimentos, lo cual puede ser crítico para la población del planeta.